“Lluvia”.
Así se llama el agua que cae desde el cielo e inunda mi patio y mi ánimo.
Mi cajita de arena ayer estuvo adentro pero hoy volvió a su sitio de siempre en el patio, qué tortura. Atravesar bajo el agua es como si a mi mami la obligaran a bajar en un ascensor con caída libre, cada vez que quisiera ir al baño. En la mañana sacaba mi cabeza y maullaba, porque no podía llegar hasta allá. Justo cuando estaba decidiendo si atravesaba veloz o incursionaba en una de los maceteros que hay dentro de la casa, la mami me agarró y llevó en andas, y por fin sentí la arena bajo mis patitas. Me esperó y rescató para traerme de vuelta a casa.
A pesar de maullar desconsolada por la ventana, el señor de arriba que maneja la llave de la lluvia se rehusó a cortarla, y tuve que pasar la mañana durmiendo.
Pero ahora, está despejando.
Bienvenido sol! no puedo escribir más, es hora de salir a embarrar mis patitas y disfrutar.